La difícil lucha contra la desigualdad educacional que Chile necesita dar

2/20/2012



Fuente: El Mercurio (Chile)

Fecha: 20 Febrero 2012

Idioma: Español

Link original: http://diario.elmercurio.com/detalle/index.asp?id=%7B925e9a19-ad08-45f7-9137-7300177aa059%7D

Descargar: PDF



Acotar las diferencias no pasa sólo por mayor inversión:
La difícil lucha contra la desigualdad educacional que Chile necesita dar
El acceso universal a enseñanza preescolar de buena calidad es una de las medidas que puede ayudar al país a disminuir una brecha que le hace perder miles de talentos académicos al año.

"La desigualdad y los bajos resultados educativos constituyen un círculo vicioso. La mala educación produce desigualdad y la desigualdad produce mala educación".
Eugenio Severin

Los niños con mayor nivel socioeconómico tienen más posibilidades de ir a jardines infantiles. Al ingresar a un colegio, los alumnos de distinto nivel económico no comparten salas de clases. Los mejores profesores enseñan, por lo general, a los alumnos más aventajados socialmente. La escuela es incapaz de compensar las desigualdades que vienen desde fuera.

Estas son las principales características de los países con mayor desigualdad educacional: Chile las tiene todas. Un tema que sigue preocupando, justo cuando en países desarrollados, como Estados Unidos se encienden las alarmas, tras recientes estudios que dan cuenta de que la educación ya no está siendo el "gran igualador en la sociedad" y se vuelve incapaz de mejorar las posibilidades de éxito como adultos, de los niños menos favorecidos.

En Chile la inequidad también es un tema. La prueba internacional PISA evidencia que el mayor predictor de rendimiento educacional futuro de nuestros niños nada tiene que ver con sus aptitudes personales, sino con el nivel socioeconómico de sus hogares.

Otro ejemplo es la PSU. Según las cifras de la última prueba, la brecha entre colegios privados y la educación pública es abismante: 452 puntos promedio consiguieron quienes provienen de liceos municipales, mientras que quienes vienen de particulares pagados tuvieron 610, una diferencia de 158 puntos.
Pero, claro, los recientes estudios en Estados Unidos ponen el acento en un problema mayor: ¿Basta aumentar los recursos para solucionar el problema? Al parecer, no.

José Joaquín Brunner asegura que para "Chile es interesante observar que EE.UU., aun siendo el país más poderoso del mundo, con un alto nivel económico y tecnológico, y a pesar de tener a su disposición las mejores universidades y plataforma de conocimiento generada por la investigación educacional, no ha podido superar los problemas de desigualdad educacional, incluso haciendo masivas inversiones para mejorar la educación de los hijos de hogares de menores recursos. Esto nos muestra la enorme magnitud del desafío que enfrentamos y lo difícil que es la tarea".

En Estados Unidos como en Chile y otros países, según explica Guillermo Montt, sociólogo chileno y analista del equipo OCDE-PISA, las brechas socioeconómicas se explican por dos motivos principales. Uno, la preparación que tienen los niños al empezar el colegio, por eso se requiere educación preescolar de calidad para todos, y dos, las diferentes oportunidades educacionales al iniciar la escuela. Las políticas proequidad deben asegurar que los directores y profesores de mejor calidad estén en las escuelas más necesitadas para corregir las desventajas iniciales y a disminuir la segregación socioeconómica de las escuelas.

"Los colegios llamados a compensar las desigualdades de origen socioeconómico, acusa José Joaquín Brunner, no están en condiciones de cumplir su misión y, al revés, terminan reproduciéndola y prolongando así el carácter inequitativo de la sociedad y las diferencias de clase social y entre estamentos socio-culturales".

El tema preocupa, porque según el experto chileno en Educación del Banco Interamericano de Desarrrollo, Eugenio Severin, Chile está perdiendo un montón de talento que se queda atrapado en escuelas de mala calidad.
Un sentimiento de enorme frustración en las familias de los quintiles más pobres y de clase media es uno de los efectos perversos de la desigualdad educacional. "Ellos se dan cuenta de que por más esfuerzo personal y familiar que pongan, agrega Severín, la recompensa es muy baja, las oportunidades laborales no mejoran sustancialmente, los sueldos siguen siendo bajos para sus hijos. Esto es un caldo de cultivo enorme para el malestar y la indignación".

Invertir más y mejor es, a juicio de Severín, un imperativo no sólo ético, sino práctico: "Difícilmente Chile va a alcanzar el desarrollo con la calidad educativa que hoy día ofrece. Nuestra mayor deuda está en la educación inicial (0 a 6 años) y la educación media técnico-profesional. Si pusiéramos foco y recursos en esos dos niveles que lamentablemente gritan, marchan y golpean la mesa menos que otros, estaríamos abriendo oportunidades para un sistema educativo más eficaz".

Por Pamela Aravena Bolívar

Podría también interesarte

0 comentarios